Durante el mediodía del domingo, el intendente Leonardo Raimundo y el concejal y candidato Gustavo Oggero encabezaron un almuerzo de campaña en el club «Cinco Estrellas», ubicado en Riccheri 1145. Al día siguiente, el contenedor municipal de residuos ubicado en la vereda amaneció colapsado y permaneció desbordado durante toda la jornada. Bandejas descartables, restos de comida, papeles grasientos y decenas de folletos con la cara de los candidatos oficialistas fueron dejados tirados en la vía pública, generando un cuadro de suciedad y desidia.
En estas típicas comidas de campaña, Raimundo reúne a sus punteros, militantes y referentes del esquema clientelista que sostiene desde el área de Desarrollo Social, a cambio de «ayudas» y promesas electorales. El objetivo es movilizar a esas bases en función de la campaña, utilizando recursos del Estado para asegurar fidelidad política, con una logística sostenida que nadie explica cómo se financia.
El malestar de los vecinos no solo se relaciona con el estado en que quedó la calle tras el evento, sino también con la ineficacia del servicio municipal de recolección de basura, puesto que el abandono de los contenedores, llenos de residuos alrededor, es recurrente. Incluso esta semana hubo denuncias por parte de otros vecinos en distintos puntos de la ciudad.
Es frecuente que los residuos se mantengan regados en la calle, sin intervención veloz por parte de la Municipalidad. Una vez más, la ciudad es usada como escenario para el despliegue de actos proselitistas, pero queda librada al abandono cuando se trata de cuidar el espacio público.
Más allá del desorden y la suciedad, persiste una pregunta que nadie del oficialismo parece dispuesto a responder: ¿de dónde sale el dinero para financiar tantas polladas, cenas y actividades de campaña? En un contexto de crisis y con una ciudadanía repleta de diversas necesidades, el despliegue económico de estas reuniones genera sospechas: ¿Quién paga todo eso?
En una ciudad donde las prioridades están cada vez más desordenadas, son dudas que merecen respuesta.