Un nuevo accidente volvió a encender las alarmas en la peligrosa “curva de la Destilería”, ubicada en la intersección de Presidente Perón y Genaro Roldán, en San Lorenzo. Esta vez, durante la madrugada del martes, un automóvil Renault Clio rojo perdió el control y terminó dentro del zanjón lindero a la calzada. Afortunadamente, no hubo que lamentar heridos ni víctimas fatales, pero la situación reavivó la preocupación de los vecinos.
El vehículo fue removido recién en horas de la mañana con la asistencia de una pala mecánica, mientras personal policial trabajaba en el lugar. Sin embargo, más allá del operativo, lo que persiste es la indignación de quienes viven y circulan por la zona, que desde hace años reclaman medidas concretas de seguridad vial para evitar tragedias.
No es la primera vez que esta curva se cobra víctimas o genera sustos que podrían terminar en desgracia. En octubre de 2024, un automóvil volcó por aquella zona; en enero de 2021, cuatro jóvenes resultaron heridos al volcar su Renault Laguna en el mismo tramo; y en diciembre de 2018, un joven de 18 años perdió la vida al estrellarse contra una columna tras tomar la curva.
A pesar de estos antecedentes, el Estado municipal sigue sin implementar soluciones eficaces que prevengan nuevos accidentes. La colocación de nuevos reductores de velocidad, una mayor señalización y mejor iluminación aparecen como demandas básicas y urgentes, pero siguen sin concretarse. Es difícil no preguntarse cuántos accidentes más deben ocurrir para que la gestión local asuma su responsabilidad y actúe de manera preventiva en un punto crítico que ya se cobró vidas y genera temor permanente entre los vecinos.
Mientras tanto, la “curva de la Destilería” continúa siendo escenario de siniestros evitables, esperando que la voluntad política esté a la altura de la urgencia antes de que la próxima noticia sea, una vez más, una tragedia.