La Municipalidad de San Lorenzo dispuso la clausura de cinco clubes de la ciudad. La medida, que afectó directamente a Combate, Remedios de Escalada y Argentino, y de manera indirecta a Racing Academia y San Lorenzo FC (instituciones que comparten sus canchas) generó un fuerte rechazo en la comunidad deportiva y vecinal.
Las clausuras -ejecutadas a través de la Subsecretaría de Control Urbano que conduce Roxana Tersol y bajo directivas del Juzgado de Faltas Nº 2, a cargo de Sebastián Santiago– se realizaron a pocas horas de disputarse la fecha de la Liga Regional Sanlorencina de Fútbol. Esa decisión dejó sin margen de maniobra a los clubes, que no pudieron reorganizar sus actividades, y repercutió también en otras disciplinas como el fútbol femenino e infanto juvenil.
Uno de los responsables de las instituciones afectadas expresó su indignación, señalando que si bien “pueden existir algunos faltantes”, el municipio debería haber otorgado un plazo razonable para subsanarlos. En este caso, las clausuras se realizaron sin intimaciones previas, a diferencia de lo ocurrido con otros clubes de la ciudad.
El presidente de la Liga Regional Sanlorencina de Fútbol, Gabriel Núñez, también cuestionó la manera en que se implementó la medida. En diálogo con DATA365 recordó que al inicio del torneo todos los clubes presentaron sus habilitaciones municipales y policiales sin inconvenientes y que, sin embargo, “de un día para otro aparecieron clausurados los clubes, con poca posibilidad de rever la situación”.
La documentación de clausura a la que tuvo acceso este medio hace referencia a la ordenanza 3758, que regula penalidades e infracciones en la ciudad, pero no especifican con claridad la falta cometida. Según le informaron a Núñez, se trataría de la ausencia de planos eléctricos firmados por un profesional matriculado. “En casi veinte años de liga, es la primera vez que piden eso”, subrayó, cuestionando que se exija resolver un trámite de tal magnitud en apenas 48 o 72 horas.
El dirigente fue categórico al describir el impacto de la medida: “La clausura les impide hasta entrenar. Al no entrenar, no pueden cobrar cuota; si no cobran cuota, ¿de dónde sacan los recursos para pagar la multa?”. En esa línea, consideró que se generó “un círculo cerrado” que amenaza con llevar al cierre definitivo de las instituciones.
Además del golpe económico directo, los clubes afectados debieron postergar sus jornadas deportivas, lo que implica costos adicionales de árbitros, médicos y viáticos para reprogramar partidos entre semana. A ello se suma la pérdida de ingresos por entradas y buféts ya organizados. “Es un golpazo económico y social muy grande para los clubes”, resumió Núñez.
Tras aclarar que, a excepción de los clubes afectados por las clausuras, el resto de la fecha del Torneo de la Sanlorencina se jugará con normalidad, el dirigente adelantó que las inspecciones masivas a las instituciones futbolísticas, podrían derivas en más sanciones. “El resto de los clubes de la ciudad tienen hasta el lunes para presentar la documentación, es casi imposible que lo puedan hacer a tiempo, por lo que se extendería la clausura a los restantes”, cerró.
La indignación no se limitó a las instituciones deportivas. Gran parte de la comunidad señaló al intendente Leonardo Raimundo como responsable político de lo que consideran una medida intempestiva y desproporcionada, que no tuvo en cuenta la función social de los clubes en una ciudad donde cumplen un rol fundamental en la contención de niños y jóvenes.