Dolor e impotencia a un año de la muerte de Gabriel Valentín: “No fue un accidente”

El lunes 4 de noviembre se cumplió un año de la trágica muerte de Gabriel Valentín, un adolescente de 15 años que perdió la vida mientras circulaba en bicicleta por el paseo ribereño de San Lorenzo, tras chocar con un cable acerado que, inexplicablemente, cruzaba parte del camino próximo a la bajada San Luis.  

Para recordar su memoria, familiares y amigos realizaron una marcha que partió al atardecer desde la esquina de Colón y San Luis hasta el lugar del accidente, donde encendieron velas en su honor.    

Gabriel era un adolescente de barrio Capitán Bermúdez de San Lorenzo que salió con un amigo a pasear en bicicleta luego de participar de una jornada de fútbol en el Club Remedios de Escalada, circunstancia en la que embistió un cable acerado en el paseo ribereño que le provocó heridas mortales.   

La marcha del lunes comenzó con el descubrimiento de un letrero que recuerda al adolescente fallecido con una fotografía junto a su nombre y las fechas de nacimiento y muerte.  

El grupo de participantes de la movilización descendió luego en silencio por la bajada San Luis hasta el sitio exacto en el que se produjo la tragedia. En el lugar descubrieron otro letrero que lleva pintada una estrella y el nombre de Gabriel. Allí encendieron y colocaron velas en homenaje a la memoria del adolescente. 

El silencio solo se vio interrumpido con la exclamación de la madre de la víctima quien pronunció el nombre de su hijo y luego rompió en llanto, que fue acompañado por pedidos de “justicia”. Previamente, la mujer había agradecido el acompañamiento de los presentes, en especial el grupo de familiares de víctimas de la inseguridad. 

El acto también reflejó el sentimiento de la familia de Gabriel a quienes al dolor por la pérdida se sumó a la frustración e impotencia por la falta de acción del gobierno local luego de que en reiteradas oportunidades le reclamaran medidas de seguridad en una obra municipal que al momento de la tragedia carecía de habilitación y de estudios previos para su uso comunitario. 

En un posteo en redes sociales, un familiar de Gabriel resumió ese sentimiento de extremo dolor e impotencia: “Un año. No fue un accidente. El/la responsable de truncarle la vida con un cable acerado sigue sin culpa alguna. Una Justicia ausente. Un gobierno municipal cómplice para lavar responsabilidades con sus obras. La política es más sucia que la mierda. La Justicia se compra, con dinero o con poder. Las voces cobardes se callan por conveniencias”. 

Abrir Whatsapp
Escribinos
Escribinos!