Vecinos reclaman por la rotura de un caño que afecta el suministro de agua en barrio Norte

Una vecina del barrio Norte de San Lorenzo decidió hacer público un reclamo que desde hace semanas afecta a numerosas familias de ese populoso sector de la ciudad. La rotura de un caño de la red de agua potable, ubicada sobre calle Díaz Vélez, a metros del puente Reconquista, provoca una marcada merma en la presión domiciliaria y deja a muchos frentistas prácticamente sin servicio.

La mujer relató que ya realizó gestiones tanto en Aguas Santafesinas como en la Municipalidad, pero sin obtener soluciones. “Ya reclamamos a Aguas Santafesinas, donde nos dijeron que ellos no podían venir porque era algo clandestino que le corresponde a la Municipalidad. Me fui a Obras Públicas y me dijeron que no, que era un tema de Aguas Santafesina”, señaló.

Un mes sin agua

Según aseguró, el problema se arrastra desde hace varias semanas. “Estamos sin agua desde que hace como un mes, se rompió el caño”, explicó y agregó: “Aparentemente los vecinos quisieron poner una abrazadera para llevar agua para su casa y rompieron el caño y no lo pudieron arreglar. Por eso hay un pozo, porque estuvieron tratando de hacer una conexión”, describió.

La vecina, que vive en Mitre y Díaz Vélez, aseguró que la situación repercute directamente en la vida cotidiana de numerosas familias: “El agua no sube al calefón, ni carga la mochila del inodoro. En las canillas es solamente un chorrito y tenemos que juntar en baldes para poder echar al baño porque no hay presión. Somos varias familias las que estamos afectadas”.

Agua que se pierde en el arroyo

El caño dañado, además de ocasionar la falta de agua en las viviendas, provoca un importante desperdicio que termina en el arroyo San Lorenzo. “El agua que sale por la rotura del caño cae a una alcantarilla y desde ahí va a parar al arroyo”, precisó la vecina.

La vecina afirmó que en el sector se realizaron conexiones clandestinas y que allí radica el origen del problema. “Desde donde está la rotura para el lado del arroyo son todas casas precarias. Se ve que quisieron poner por su propio medio una abrazadera, sin ajustarle los tornillos, y por eso es el motivo que pierde toda esa agua. Se ve que al perforar el caño, que no es muy grande aunque lleva agua a muchas casas, se rompió y quisieron poner una abrazadera encina. La cosa es que estamos sin agua, que es lo más grave, y nadie se hacer cargo. Ya vienen los días de calor y tenemos miedo de que esto no se solucione y el problema se agrave”, lamentó.

Indiferencia oficial y problemas estructurales

La situación refleja, una vez más, la indiferencia política frente a las necesidades básicas de los vecinos. Ni la empresa prestataria ni la Municipalidad asumen responsabilidades, y el resultado es el mismo: familias que viven sin agua mientras miles de litros se pierden a cielo abierto.

Pero el conflicto también expone otro problema estructural: el crecimiento de asentamientos irregulares, habitados por familias vulnerables, que se ven obligadas a realizar conexiones precarias porque el Estado les da la espalda.

Sin planificación urbana, sin control de las conexiones y sin respuestas de fondo, lo que se profundiza es el abandono. Y en ese abandono, el costo lo pagan siempre los vecinos.

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