Una vecina de barrio José Hernández denunció en redes sociales la manera en que personal contratado por la Municipalidad intervino en un árbol de su vereda. La imagen habla por sí sola: lo que debería haber sido una poda de mantenimiento terminó en una mutilación que dejó al ejemplar prácticamente irreconocible.
“Este asesinato cometieron los genios de la Municipalidad de San Lorenzo. Le pedimos poda a gente que supuestamente sabe. Si lo hubiéramos hecho nosotros, por nuestra cuenta, nos mereceríamos una multa. Cuando todos los lapachos están florecidos, el nuestro así, mutilado. No tienen perdón”, expresó con indignación la vecina.
El reclamo pone sobre la mesa un tema sensible: el cuidado del arbolado urbano. Los árboles no son un simple adorno, son parte fundamental de la vida en las ciudades, generan sombra, oxígeno y belleza. Sin embargo, cuando las intervenciones se hacen sin criterio ni conocimiento, se termina dañando irreversiblemente a las especies.
Más allá del caso puntual, lo preocupante es que estas tareas estén en manos de personas sin preparación adecuada. La Municipalidad tiene la obligación de garantizar que quienes manipulan el patrimonio verde de la ciudad sean profesionales idóneos y actúen con responsabilidad. De lo contrario, se seguirá atentando contra la naturaleza y contra el derecho de los vecinos a disfrutar de un ambiente sano.








