En las primeras horas de la madrugada del martes, delincuentes irrumpieron en una verdulería ubicada en la esquina de Sargento Cabral y Alem, dejando destrozos y un fuerte malestar en el vecindario. Según relató el dueño del comercio en diálogo con DATA365, el hecho ocurrió alrededor de las 3.30 de la mañana, cuando fue alertado por vecinos de que le habían destrozado la puerta de ingreso.
“Me avisaron por teléfono que me rompieron la puerta de vidrio. La reventaron con un ladrillo”, contó el comerciante, visiblemente indignado. Los ladrones no solo ingresaron al local, sino que también causaron daños en el interior: “Me tiraron la balanza al piso, se llevaron la caja registradora, y solo se llevaron la plata que tenía de cambio nomás”.
La caja registradora fue hallada por la policía a una cuadra del lugar, pero el propietario remarcó que más allá del dinero, lo que más duele es “el mal momento, el daño que te hace”. Explicó que la puerta violentada era de doble blindex y que ahora deberá reemplazarla a un costo que supera los 300 mil pesos.
El comerciante no dudó en responsabilizar a las autoridades por la falta de seguridad en la zona. “Tiene que haber más policías. Acá es tierra de nadie”, aseguró, y agregó que se trataba de un barrio tranquilo, habitado por “gente de buen pasar económico, que tampoco puede vivir así, con miedo”.
En su testimonio, también se refirió a la escasa presencia de fuerzas de seguridad en el lugar. “Dicen que hay policía, Prefectura y Gendarmería, pero acá no se ve a nadie”, afirmó, aunque destacó que dos efectivos policiales que conoce se acercaron y cuidaron su local tras el hecho: “Les agradecí profundamente, pero después no pasó nadie más”.
Para el comerciante, el problema excede su caso particular. Según indicó, hay personas en situación de calle que merodean la zona “esperando el momento para entrar y robar”, y mencionó los robos que sufren a diario estudiantes que caminan desde los colegios.
Ante la falta de respuestas, ya piensa en reforzar la seguridad por su cuenta. “Ahora tengo pensado poner una cámara, pero no es cuestión tampoco vivir así”, lamentó, y lanzó una advertencia preocupante sobre el creciente hartazgo de los vecinos: “Lo que van a lograr es que la gente empiece a matar a los choros. Hay algunos que ya se armaron y te dicen: entra a mi casa y lo bajo”.
Relato
El contraste entre las vivencias de los vecinos y el relato oficial es notorio. Mientras comerciantes y residentes denuncian una creciente sensación de inseguridad y abandono, desde la Municipalidad se insiste en destacar avances en materia de prevención.
En el reciente acto por el aniversario de la ciudad, el intendente Leonardo Raimundo subrayó la incorporación de patrulleros por parte de la Unidad Regional XVII -que pasó de 4 a 16 móviles, según afirmó-; así como la apertura en San Lorenzo de un escuadrón de Gendarmería con 141 efectivos y otro de Prefectura con 105 uniformados.
Además, anunció -una vez más- la próxima instalación de 441 cámaras de seguridad con inteligencia artificial.
Un relato que convive con la desconfianza de quienes, en el día a día, (como el comerciante víctima de robo) sienten que la protección estatal no llega a las calles.
