El próximo domingo 5 de octubre, la Plaza San Martín volverá a convertirse en el epicentro del punk rock regional con una nueva edición del San Lorenzo Punk Fest, un encuentro autogestionado que se consolida como espacio cultural para una escena que se niega a desaparecer.
A partir de las 17:30, sonarán los acordes de bandas locales, rosarinas e incluso internacionales: desde Alemania llega Torpedo Mayer, mientras que desde Rosario harán su aporte las bandas 50 Días y Zona 84. La grilla la completan los sanlorencinos Soccus y Corazones Envenenados, representantes de una camada emergente que sigue alimentando el circuito under.
El festival será con entrada libre y gratuita, y contará con feria y food trucks, invitando a familias, jóvenes y nostálgicos del pogo a compartir una jornada al aire libre. La organización corre por cuenta de Crudo Producciones, el dúo formado por Lucas Mansilla y Giuliano Ollocco, que también conforman una de las bandas referentes del punk sanlorencino, Mala Praxis.
Un movimiento que resiste y crece
La primera edición del San Lorenzo Punk Fest se realizó en diciembre de 2024, colmando el bar Roots y dejando en claro que existía una demanda latente por estos espacios. Desde entonces, el festival no solo se sostuvo, sino que ganó identidad propia: autogestión, hermandad entre bandas y un público que oscila entre los veteranos de los ’90 y nuevas generaciones que descubren el género como forma de desahogo y pertenencia.
Lejos de estar en retirada, el punk encontró en el formato de festivales barriales una nueva forma de supervivencia en nichos más pequeños pero mucho más fieles. Esto permite que propuestas como esta proliferen sin depender de grandes estructuras.
Una plaza, cinco bandas y la llama encendida
Sin escenario comercial ni protocolos rígidos, el Punk Fest Vol. 6 busca recuperar algo esencial del género: el espíritu comunitario. No se trata solo de música fuerte, sino de hacer del espacio público un lugar de encuentro, identidad y desahogo colectivo.
Quienes hayan vivido la explosión punk de los 90 y quienes hoy la redescubren tendrán el próximo domingo una nueva cita para cantar, poguear o simplemente mirar con una sonrisa cómo la llama sigue encendida.









