Con el dinero que gasta Raimundo en reinaugurar tres plazas, Puerto General San Martín construyó el Polo Educativo

La Municipalidad de San Lorenzo adjudicó la licitación para “contratar la provisión de materiales, mano de obra y equipos para la restauración integral” de tres plazas. Para esos trabajos fijó un presupuesto oficial de $2.416.000.000

Casi dos mil quinientos millones de pesos para hermosear la plaza «Raúl Alfonsín» de bulevar Urquiza y Juan José Paso, en barrio Escalada; la plaza “José Camilo Otero” de bulevar Sargento Cabral y Catamarca, en barrio 1º de Julio y la construcción de una plaza deportiva en la recientemente re-re-reinaugurada plaza Brigadier López de Colón y Porteau, en barrio San Martín.

Muy cerca de San Lorenzo, cruzando el arroyo homónimo, en la vecina ciudad de Puerto General San Martín, se invirtió una suma muy parecida en construir el Polo Educativo, una propuesta articulada entre el gobierno municipal del intendente Carlos De Grandis y la Universidad Nacional de Rosario, que se levanta sobre la ex ruta provincial 18 S.

A precios actuales (basados en la cotización del dólar) las dos etapas de la construcción de ese centro de capacitación demandaron una inversión de $ 2.523 millones. Lejos de sumar toboganes y otros juegos infantiles, ese dinero se destinó a construir aulas, sanitarios, cocina, portería, sala de computación, laboratorios, cantina, parquización y urbanización del predio.

Para que quede claro: Remodelar tres plazas en San Lorenzo: $2.416 millones; construir la sede del Polo Educativo de Puerto General San Martín: $2.523 millones.

Una cuestión de prioridades

La comparación entre las gestiones municipales de San Lorenzo y Puerto General San Martín pone así de manifiesto diferencias abismales en cuanto a prioridades, visión de desarrollo y, más preocupante aún, el manejo de los recursos públicos.

Esta disparidad en las prioridades genera una serie de interrogantes que el gobierno del intendente Raimundo no puede eludir. En una región donde las necesidades en infraestructura educativa y oportunidades para el desarrollo humano son evidentes, destinar una cifra tan elevada a la mejora de espacios públicos, si bien importantes, resulta cuanto menos cuestionable.

Plaza Raúl Alfonsín de San Lorenzo

Lo más preocupante en el caso de San Lorenzo es que, a la duda razonable sobre la necesidad de la inversión, se suma la sombra de sospechas respecto a la transparencia en la utilización de los fondos. Si bien la remodelación de plazas puede contribuir al embellecimiento urbano, su impacto concreto sobre la calidad de vida de los vecinos palidece frente a la posibilidad de invertir en proyectos educativos, de salud o de vivienda.

Es inevitable preguntarse cómo se priorizan las decisiones de gasto en San Lorenzo ¿Se estudian las necesidades reales de la población? O, más alarmante aún, ¿estas decisiones responden a intereses que no coinciden con los del bien común? En un contexto de crisis económica generalizada, donde cada peso cuenta, el despilfarro o la gestión poco clara de los recursos resultan inaceptables.

El contraste con Puerto General San Martín es tan evidente como preocupante. El Polo Educativo no solo es una inversión concreta en el presente, sino una apuesta al largo plazo, que seguramente dejará un legado positivo para las generaciones futuras.

Polo Educativo de Puerto General San Martín

San Lorenzo, por su parte, queda atrapada en decisiones que, lejos de proyectar un horizonte de desarrollo, parecen destinadas a satisfacer criterios estéticos o, peor aún, intereses particulares. La remodelación de tres plazas por un monto tan elevado no se sostiene frente a un análisis mínimo de prioridades.

No se trata solo de embellecer la ciudad, sino de construir un futuro en el que las decisiones de inversión de los dineros públicos estén alineadas con las necesidades reales de la gente. Pareciera que hoy en San Lorenzo esa meta está muy lejos de alcanzarse.

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