La noche del miércoles, alrededor de las 22 horas, el barrio del Fonavi Oeste de San Lorenzo se convirtió en el escenario de un violento robo a mano armada. Una vecina relató cómo fue asaltada mientras intentaba guardar su auto en la cochera.
“Estacioné frente a la cochera, bajé y saqué los dos candados del portón. Después de abrir, subí el auto y apagué el motor. En ese momento, apareció un delincuente con pasamontañas, solo se le veían los ojos. Me apuntó con un revólver y me ordenó: ‘bájate, bájate, dame el auto’”, relató la víctima, visiblemente afectada, a DATA365.
El terror invadió el momento. “Por los nervios no quería bajarme del auto, no se lo quería dar. Le dije: ‘no, no, para’. Pero él seguía apuntándome. Me abrió la puerta y me amenazó de nuevo: ‘bájate, hija de puta, porque te tiro’”, continuó. Desesperada, le ofreció su celular, la billetera y los papeles del auto, rogando: ‘toma, llévate todo, la billetera está llena de plata, pero déjame el auto’. Sin embargo, el asaltante insistía: ‘no quiero la plata, hija de puta, quiero el auto’.
El delincuente, sin ceder a los ruegos, empujó a la mujer contra la pared del garaje, le puso el revólver en la espalda y advirtió: ‘no grites porque te tiro’. Acto seguido, se subió al auto y escapó raudamente por calle Echevarría de Vidal, doblando luego en Santiago del Estero.
La víctima, presa del pánico, logró salir corriendo tras él unos metros, y no vio ningún otro vehículo en el que el delincuente hubiera podido llegar, lo que dedujo que había llegado solo y caminando. “Solo le veía los ojos, pero noté que tenía una remera azul, un short gris y zapatillas. Tendría un metro setenta de estatura”, describió.
Después, regresó a la cochera, tomó su celular y llamó al 911. La policía llegó rápidamente, tomó su declaración y la llevó a la comisaría para formalizar la denuncia.
El auto robado es un Chevrolet Corsa patente IDY059
El susto no terminó ahí. Más tarde, su hijo publicó en redes sociales la foto del auto robado, ofreciendo una recompensa por información. A las 23 horas, recibió una llamada desde un número oculto. “Dijeron que tenían el auto y querían 280 mil pesos. Grabé toda la conversación. El hombre tenía acento paraguayo y me pidió que fuera a una estación de servicio con 250 mil pesos en mano, y que le transfiriera 30 mil para liberar el auto de un galpón”, explicó.
Sospechando una estafa, la víctima pidió una foto del auto como prueba. “No puedo, no puedo”, repetía el hombre. Fue entonces cuando su hijo intervino: “mirá, si no tenés foto, no hay plata”, y colgó. Luego se produjeron más llamadas que la mujer decidió no atender.
Este episodio violento y posterior intento de estafa es un reflejo de la inseguridad que golpea a San Lorenzo. A pesar de los patrullajes de la policía, Prefectura y Gendarmería, los vecinos sienten que la seguridad es insuficiente fuera del centro de la ciudad, en sectores como éste donde tampoco existen cámaras de video vigilancia.
La víctima se mostró agradecida de que sus hijos no estuvieran presentes en el asalto, concluyó: “Por suerte no me ocurrió con alguno de ellos porque no sé cómo hubiesen reaccionado. Quizás mi hijo, en la desesperación, habría intentado defenderse y todo habría terminado peor”.