Peligro: volvió a desmoronarse el paseo urbano construido al pie de la barranca del Paraná

El paseo urbano construido al pie de la barranca del Paraná, en el tramo entre calle San Luis y bulevar Urquiza, vuelve a ser protagonista de un nuevo desmoronamiento que pone en evidencia las deficiencias estructurales y la falta de previsión de una obra que el gobierno municipal calificó como «histórica» y transformadora.

Inaugurada a finales de agosto de 2023, en pleno contexto electoral, esta obra resultó ser más un riesgo para los ciudadanos que una mejora significativa en la relación de los sanlorencinos con el río Paraná, como se pretendió en su momento.

Desde su apertura, el paseo mostró evidentes falencias constructivas y un alarmante desinterés por la seguridad de los usuarios. A los pocos días de haber sido inaugurado, comenzaron a registrarse peligrosos desmoronamientos, como el sucedido este domingo, lo que reveló la falta de consolidación de la barranca y la escasa protección de la obra. Esta situación genera un peligro constante, que pone en riesgo la integridad física de los vecinos que se aventuran a transitar por allí.

La respuesta de las autoridades municipales no fue otra que más improvisación. Las tareas de reparación realizadas en varias oportunidades solo fueron un parche y jamás una solución definitiva. En lugar de implementar medidas preventivas reales, como la consolidación adecuada de la barranca y la instalación de sistemas de protección, la municipalidad optó por colgar carteles de advertencia que dicen «peligro de derrumbe», una ironía absoluta.

Lo más preocupante es que, evidentemente, no se cumplieron las normativas de seguridad necesarias. La obra no tiene tablestacado ni pilotes, elementos fundamentales en un proyecto de ingeniería que, de haberse realizado correctamente, habrían garantizado la estabilidad del paseo frente a las condiciones geotécnicas y las fluctuaciones del río Paraná.

Tampoco se tomaron en cuenta estudios hídricos ni la creciente histórica del Paraná, lo que deja entrever una absoluta falta de planificación y un desdén por la seguridad de los ciudadanos.

Los reclamos y advertencias de la oposición, a través del concejal Esteban Arico, no tuvieron eco. La falta de transparencia se profundiza con la conducta del intendente Raimundo de no responder los pedidos de informes sobre el monto invertido ni los estudios geotécnicos y ambientales que debían haberse realizado antes de la construcción. La negativa del oficialismo en el Concejo Municipal a acompañar estos pedidos dejó en claro la mala gestión de esta obra, más orientada a un interés político de coyuntura que a una verdadera mejora para la ciudad.

Pero los peligros de este paseo no solo se limitan a los desmoronamientos. El 11 de octubre de 2023, un vehículo se desplomó al río Paraná, resultando en la trágica muerte de Sergio Carrizo, cuyo cuerpo fue encontrado una semana después. El 4 de noviembre del mismo año, Gabriel Valentín, un adolescente de 15 años que circulaba en bicicleta, perdió la vida tras embestir un cable de acero instalado por la Municipalidad que, según testigos, estaba mal colocado y representaba un grave peligro. Estos accidentes fatales son un claro indicador de que las medidas de seguridad en el paseo urbano son absolutamente insuficientes.

La obra, que se presentaba como una apuesta de modernización para la ciudad, se convirtió en un símbolo de desidia, improvisación y falta de responsabilidad. En lugar de ser un espacio de disfrute y esparcimiento para los vecinos de San Lorenzo, el paseo urbano puso en evidencia la incapacidad de los responsables para gestionar una obra de esta envergadura. La seguridad de los vecinos está en juego, y si no se toman medidas urgentes, lo que prometía ser un proyecto emblemático podría terminar en una nueva tragedia.

 

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