La tormenta de la semana pasada no solo expuso la fragilidad de San Lorenzo ante fenómenos meteorológicos extremos, sino que también dejó al descubierto una decisión política que pone en riesgo la seguridad de sus habitantes: la eliminación del área municipal de Defensa Civil.
Quedó en evidencia que la ciudad carece de un equipo capacitado para coordinar la respuesta ante una emergencia. Y, lo más grave es que la falta de una estructura de Defensa Civil no es un accidente, sino una decisión deliberada del intendente Leonardo Raimundo.
Bajo su gestión, el área fue desmantelada, sus instalaciones en el Polideportivo Municipal fueron desactivadas y el teléfono de emergencias 113 quedó reducido a una línea sin utilidad real, atendida por un portero sin facultades para gestionar crisis. En otras palabras, San Lorenzo enfrenta tormentas sin un plan de respuesta organizado y sin el respaldo de un equipo entrenado para intervenir en situaciones de emergencia.
Un ex responsable del área hoy desmantelada, lo dejó en claro a través de las redes sociales: “En San Lorenzo hace falta una Defensa Civil para socorrer a la gente en un día como este”. Sus palabras no solo apuntan a la ausencia de asistencia inmediata, sino también a la falta de prevención. Una de las funciones clave de cualquier Defensa Civil es emitir alertas tempranas, coordinar operativos de evacuación y brindar información crucial a los ciudadanos. Sin estos mecanismos, los vecinos quedan completamente desprotegidos.
La crítica fue más allá: “San Lorenzo está todo para atrás, en todo lo que necesita la gente como salud y primeros auxilios”. Y no le falta razón. Las ciudades modernas e importantes cuentan con áreas de Defensa Civil equipadas con personal capacitado, herramientas de rescate, tecnología para monitoreo de alertas y protocolos de acción ante contingencias.
San Lorenzo, en cambio, retrocede y delega la seguridad de sus habitantes al azar o, en el mejor de los casos, a la solidaridad improvisada de vecinos sumado al trabajo de bomberos y policías.
¿Cómo es posible que una ciudad con el crecimiento de San Lorenzo carezca de una estructura esencial para la protección de su gente? ¿Qué prioridad tiene la gestión municipal si no es la seguridad de sus habitantes? Desmantelar Defensa Civil no es un simple ajuste de presupuesto, es una irresponsabilidad que pone vidas en riesgo.
Las autoridades deben dar explicaciones, pero más importante aún, deben revertir esta decisión cuanto antes. Porque las tormentas seguirán llegando y, sin una respuesta adecuada, los costos humanos y materiales seguirán acumulándose.