Lo anunció Raimundo (¿¡otra vez!?): nuevo gasto de $320 millones para reparar la barranca

En el marco de la presentación de su “plan de obras 2025”, el intendente Raimundo anunció a los medios de prensa que “en pocas semanas comenzará la obra para recuperar la parte inferior del paseo costero del Campo de la Gloria, con nuevas veredas, luces y barandas”.

Para esa ejecución, este viernes 24 de enero, a la hora 12, en la sala de Prensa Municipal, se realizaba el acto de apertura de sobres de la licitación Pública Nº 095/24 para la “reparación de las barrancas del Campo de la Gloria – 2025”, (en rigor para “contratar la provisión de materiales, mano de obra y equipos) con un presupuesto oficial de $320.844.332,49.

Es inevitable preguntarse: ¿cuántas veces más se repetirá este ciclo de gasto, reparación y deterioro?

Las obras en esta zona de San Lorenzo fueron intervenidas en varias ocasiones durante los últimos años. Cada vez, los trabajos prometieron una solución definitiva a los problemas de erosiones y desprendimientos. Sin embargo, los resultados fueron decepcionantes: ejecuciones defectuosas, falta de controles adecuados y una gestión que, en el mejor de los casos, podría calificarse de ineficaz. Las consecuencias son visibles: una infraestructura que sigue deteriorándose y recursos públicos que se evaporan sin generar el impacto esperado.

El deterioro de la barranca no es un tema menor. Más allá del impacto visual y patrimonial, también pone en juego la seguridad de vecinos, turistas y del entorno urbano en su conjunto. De hecho, como triste saldo de las malas ejecuciones realizadas a la luz de los tiempos electorales, la comunidad aún lamenta la pérdida de la vida de Sergio Carrizo (47) quien en octubre de 2023 cayó al río con su automóvil; y de Gabriel Valentín (15) quien en noviembre del mismo año sufrió graves lesiones que le provocaron la muerte al impactar con un cable de acero cuando circulaba en bicicleta por la bajada San Luis.

Más allá de esas tragedias, cada desprendimiento o grieta que aparece en la barranca recuerda que este problema no puede subsanarse con soluciones parciales o improvisadas. Son obras que demandan planificación, ejecución profesional y, sobre todo, transparencia.

Más de 320 millones de pesos representa una inversión considerable para una ciudad como San Lorenzo. Pero ¿qué garantía tiene la comunidad de que este dinero será utilizado correctamente? ¿Qué mecanismos de control se están implementando para asegurar que la obra sea de calidad y perdurable? La experiencia nos dice que las respuestas no son alentadoras.

La licitación debe estar acompañada de una supervisión estricta, tanto en la selección de la empresa adjudicataria como en el seguimiento de los trabajos. Asimismo, resulta clave que se garantice la participación ciudadana, permitiendo que los vecinos tengan acceso a la información y puedan exigir explicaciones cuando sea necesario.

San Lorenzo no puede permitirse más fracasos en obras de esta magnitud. La reparación de la barranca del Campo de la Gloria no solo es una cuestión de infraestructura; es un símbolo de cómo se administra el patrimonio y los recursos de la ciudad.

 

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