Luvia afuera y adentro: el CIC de barrio Mitre muestra serias falencias edilicias

La intensa lluvia de la mañana del martes volvió a desnudar la cruda realidad de la infraestructura pública en San Lorenzo. El Centro Integrador Comunitario (CIC) «Virgen de Itatí», ubicado en barrio Mitre, evidenció graves falencias edilicias que ponen en riesgo a quienes concurren allí diariamente.

El edificio, situado en Belgrano 1801, presenta goteras significativas y humedad en sus paredes interiores, una situación que no solo deteriora las condiciones del lugar, sino que también genera peligros potenciales. El agua filtrada crea superficies resbaladizas, aumentando el riesgo de caídas, y su contacto con las instalaciones eléctricas podría derivar en accidentes de mayor gravedad, como electrocuciones.

Este panorama afecta tanto a los vecinos que asisten al centro, entre ellos niños y niñas, como a los profesionales de la salud que trabajan en ese centro sanitario.

Recordemos que, en el mismo sitio, a solo tres meses de haber sido inauguradas -en plena campaña electoral- el intendente Raimundo desmanteló las guardias pediátricas, dejando a la comunidad sin un servicio esencial para la atención primaria de los más chicos.

Ante la gravedad de los hechos, un concejal de la oposición Esteban Arico presentó una comunicación al Departamento Ejecutivo Municipal exigiendo urgentes reparaciones edilicias en el CIC.

La falta de mantenimiento y el deterioro estructural de los espacios públicos destinados a la salud recaen en la responsabilidad del intendente, quien debe garantizar condiciones dignas y seguras en estos espacios fundamentales para la comunidad.

Luces y sombras

Mientras esto sucedía en la zona oeste de San Lorenzo, el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, el intendente Raimundo y la ministra de Salud de la provincia, Silvia Ciancio, se reunían en un exclusivo salón de fiestas junto al río para intercambiar elogios y promesas de inversión en el hospital Granaderos a Caballo.

En plena campaña para la reforma constitucional, Pullaro y Raimundo (ambos candidatos) parecen estar más preocupados por sus aspiraciones políticas que por las necesidades urgentes de los ciudadanos.

Paradójicamente, mientras se anunciaban mejoras estéticas para el hospital, el CIC Virgen de Itatí continua en estado de abandono. Una postal de la desigualdad en la gestión municipal, donde las luces de los actos políticos opacan las sombras de la realidad cotidiana de los barrios.

Deuda pendiente

Desde hace 20 años, Raimundo está al frente del gobierno local y nunca resolvió de fondo las carencias de la salud pública. De hecho, solo realizó algunas mejoras en centros sanitarios que ya existían, como el CIC.

En todo este tiempo, siempre atribuyó el servicio de la salud pública a la provincia, que en la mayor parte de esas dos décadas fue gobernada por partidos políticos afines a él. A pesar de ello, su gestión solo logró recursos para mejoras superficiales que no resolvieron el problema de fondo.

Y otra paradoja: Para la elección legislativa de este año, eligió como sus candidatos oficiales a los médicos Gustavo Oggero y Eduardo Ros, quienes desde hace dos décadas desarrollan tareas políticas en cargos públicos sin haber logrado las soluciones que la gente sigue reclamando para contar con un sistema de salud eficiente y al alcance de todos.

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