En el marco de la investigación por el fallecimiento de Renzo, un niño de 6 años que perdió la vida en el Hospital Granaderos a Caballo de San Lorenzo, se realizaron diversos procedimientos y medidas probatorias con el objetivo de esclarecer los hechos.
La autopsia fue llevada a cabo bajo el protocolo de «mala praxis médica«, en una decisión conjunta entre la fiscal interviniente, Natalia Benvenuto, y la representación legal de la familia, a cargo de los abogados Gabriel Filippini y María Laura Maderna.
El Dr. Filippini explicó en diálogo con DATA365 que la autopsia se realizó en el Instituto Médico Legal con la participación de dos médicos del instituto, un representante médico del hospital y una médica designada por la familia. Además, se solicitó el registro de audio y video del procedimiento para garantizar la mayor transparencia posible. Sin embargo, hasta el momento no se dispone de un informe preliminar debido a los estudios complementarios que están en curso, como análisis toxicológicos y de agua, entre otros.
Según el letrado, Renzo sufrió inicialmente un incidente en su casa al caer en una pileta con poca profundidad. A pesar de sus antecedentes de epilepsia, Filippini destacó que el niño estaba estabilizado gracias a un tratamiento neurológico efectivo que había demostrado buenos resultados en los últimos tres años.
Tras el incidente, el padre del niño lo trasladó de inmediato al hospital, donde fue atendido por personal de enfermería. Durante su estadía, Renzo presentó dos episodios convulsivos; tras el segundo, sufrió un paro cardiorrespiratorio que resultó fatal.
Filippini cuestionó la atención brindada en el hospital, señalando que nunca se presentó la jefa de pediatría, quien supuestamente dio indicaciones vía telefónica al personal de enfermería. Además, enfatizó que, tras estabilizar al niño luego del primer episodio, ya se había solicitado una derivación al Sanatorio Laprida de Rosario, donde los médicos estaban preparados para recibirlo. Sin embargo, dicha derivación no se concretó debido a la negativa del personal médico de firmar el traslado ante la ausencia de la jefa de pediatría.
El abogado también señaló la gravedad de que un niño con antecedentes de salud complejos no haya sido atendido de manera adecuada y que las decisiones se hayan tomado sin la presencia física de la responsable del área pediátrica. Afirmó que la falta de acciones oportunas pudo haber influido en el desenlace fatal y lamentó que situaciones como esta reflejen una debilidad estructural en el sistema de salud, especialmente durante los fines de semana, cuando las guardias médicas suelen estar desatendidas.
Un llamado a la cautela
Por último, Filippini hizo un llamado a la cautela mientras se esperan los resultados de la autopsia y los avances de la investigación. Subrayó la importancia de que las autoridades del hospital se abstengan de brindar informaciones prematuras hasta que los hechos sean completamente esclarecidos.
Recordemos que, en conferencia de prensa, horas después del deceso de Renzo, el director del Hospital, Eduardo Ros, explicó que no hubo negligencia médica y que las cosas se hicieron como correspondía.
Frente a los periodistas indicó que “Renzo sufrió una primera convulsión que fue tratada de acuerdo con los protocolos médicos, logrando su compensación. Sin embargo, minutos después, el niño presentó una segunda convulsión más severa, que derivó en un paro cardiorrespiratorio. A pesar de los esfuerzos del personal médico y de enfermería, y de realizar las maniobras de resucitación correspondientes, no fue posible salvarle la vida”.
También señaló que Renzo tenía una condición que complicaba su pronóstico y confirmó que en el momento de la atención no había pediatras en el nosocomio, aunque señaló que «la presencia de un pediatra no hubiera cambiado el desenlace. Se trató de un cuadro grave de convulsiones».