“Es el barrio de nadie”: denunciaron emisiones tóxicas en Villa Felisa durante un feriado

La tarde del pasado lunes 18 de noviembre –feriado- se tornó insostenible para los vecinos del barrio Villa Felisa de San Lorenzo. Según el relato de una residente con más de tres décadas en la zona, los días no laborables suelen ser escenario de emisiones de algún elemento tóxico desde una empresa radicada en las inmediaciones. Lo que para muchos podría haber sido una jornada de descanso, se convirtió en un nuevo episodio de molestias respiratorias y encierro forzado. 

“Después de pasar el feriado fuera de casa, volvimos en la tarde y, cuando cruzamos la vía, ya se sentía ese olor insoportable que quema la nariz”, contó la vecina. Según su testimonio, el humo genera ardor en las vías respiratorias y obliga a las familias a refugiarse en sus casas con puertas y ventanas cerradas. 

La situación no es nueva para los residentes del barrio, quienes aseguran haber enfrentado episodios similares durante años, especialmente los domingos y feriados, cuando las oficinas de las autoridades municipales están cerradas. “Llamé a Defensa Civil, pero me dijeron que no había nadie disponible hasta el día siguiente. ¿Cómo puede ser que en una emergencia no haya nadie para atendernos?”, cuestionó con indignación. 

En su relato, la vecina mencionó que las quejas anteriores han caído en saco roto. “Esto no es de ahora, pasa hace décadas. Parece que lo único que importa son los ‘adornos’ que les deben dar las fábricas a los políticos de turno”, afirmó, haciendo referencia a la falta de acción frente a las emisiones que atribuye a una planta química de la zona. 

Los vecinos también mencionan que en otras oportunidades se realizaron denuncias formales, incluso recuerdan que hubo operativos en una fábrica señalada, pero sin resultados importantes. “Parece que todo queda en multas que nadie controla, o peor, en nada. Es el barrio de nadie, porque siempre somos los últimos en ser escuchados”, lamentó. 

El impacto no es solo ambiental, sino también emocional. La residente relató cómo tuvo que enviar a su nieta al interior de la casa para protegerla del aire contaminado. “No se podía estar afuera. Cerramos todo y aun así se sentía. No puedo respirar bien en mi propia casa”, lamentó. 

La situación se agrava por la sensación de abandono y respuestas deficientes por parte de las autoridades locales. “Mandé mensajes a todos lados: a la municipalidad, a la prensa, incluso al presidente del Concejo. La única respuesta que obtuve fue de Prensa Municipal, pero solo me dijeron que nunca habían recibido quejas mías antes. ¿Es necesario acumular denuncias para que nos escuchen?”, se preguntó, visiblemente frustrada. 

A pesar de la indignación, los vecinos aseguran no saber cómo avanzar. “Lo único que quiero es que alguien nos diga qué hacer. ¿Dónde denunciar? ¿Quién puede ayudarnos?”, expresó desesperanzada por tantos reclamos sin respuestas. 

Un caso que vuelve a poner de manifiesto una problemática recurrente en la ciudad, donde las industrias suelen operar con impunidad favorecidas por sistemas de control que ven superados por la burocracia, falta de recursos o desidia.  

Para los vecinos de Villa Felisa, esta es una batalla por su salud, su calidad de vida y su derecho a ser escuchados. 

 

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