El electorado de San Lorenzo asiste, una vez más, a la enésima reaparición de Eduardo Ros en la arena política local. De nuevo, el cirujano busca un lugar en el Concejo Municipal, ahora acompañando al precandidato Gustavo Oggero, con el aval del intendente Leonardo Raimundo, de quien se había alejado en medio de fuertes críticas.
Sin embargo, su derrotero político está marcado por constantes idas y vueltas, saltos entre espacios y alianzas que desafían cualquier atisbo de coherencia ideológica.
Ros inició su carrera en 2007 como concejal del Frente Progresista Cívico y Social, acompañando a Raimundo. Relección de por medio, permaneció en su banca hasta 2015, momento en el que sus aspiraciones crecieron y el oficialismo lo proyectó como candidato a senador provincial. Sin embargo, fue derrotado por el peronista «Pipi» Traferri. Su premio consuelo fue un cargo en el Ministerio de Salud de la provincia, como secretario de Participación Social.
En 2017 regresó al Concejo encabezando la lista oficialista. Su buen desempeño electoral lo hizo sentirse el sucesor natural de Raimundo. Sin embargo, al no contar con el respaldo del intendente, abandonó el espacio y en 2019 intentó llegar a la intendencia con un frente vecinalista, fracaso que lo dejó fuera del tablero.
Su siguiente paso fue presentarse en 2021 como candidato a concejal por el Frente Renovador de Sergio Massa, otro giro inesperado hacia el peronismo nacional. Tampoco logró su objetivo, perdiendo la interna del PJ con el actual concejal Esteban Arico.
En 2025, ya como director del hospital Granaderos a Caballo, cargo que obtuvo bajo la administración de Omar Perotti y que logró conservar con Maximiliano Pullaro, Ros vuelve a refugiarse en el oficialismo local.
Esta falta de rumbo claro y su facilidad para acomodarse según las circunstancias confunden a un electorado que, lejos de ver un dirigente con convicciones firmes, presencia un pragmatismo extremo con el solo objetivo de mantener un cargo público.
Memoria activa
Más datos para recordar. De su paso por el Concejo, donde presidió varias veces el Cuerpo, se recuerda su voto de 2011 impulsando y aprobando la excepción a la ordenanza de Uso de Suelo para que los condenados narcos Delfín y Flavia Zacarías construyeran un mega gimnasio en la esquina de las calles Congreso y Vélez Sarsfield, desafiando toda legalidad.
Más acá en el tiempo, llamativamente, Ros apareció vinculado a actividades de espionaje: La defensa del senador Armando Traferri solicitó apartar a los fiscales Edery y Schiappa Pietra por presunta falta de objetividad en una causa en su contra. Para ello, presentó un informe en el cual surgió que Eduardo Ros, habría sido informante del exministro de Seguridad Marcelo Sain. Según ex empleados del Organismo de Investigaciones, Ros brindaba información con intereses políticos, grababa conversaciones en secreto y mantenía contacto directo con el equipo del ex ministro.
También incursionó sin éxito en la conducción de instituciones locales, perdiendo las elecciones internas de la Unión Cívica Radical ante Alejandro Felcaro y fracasando en su intento de presidir la Asociación Médica de San Lorenzo, derrotado por el pediatra Natalio Cantor.
A pesar de sus reiterados fracasos y cambios de camiseta, Ros insiste en reinventarse como candidato, evidenciando la falta de figuras nuevas en el oficialismo. Mientras tanto, el electorado sanlorencino sigue observando cómo los mismos nombres aparecen y desaparecen según la conveniencia del momento.