El Hospital Granaderos a Caballo vuelve a estar en el centro de la polémica por un presunto caso de mala praxis que terminó en tragedia. La víctima, un hombre joven y sin antecedentes graves de salud, falleció tras ser dado de alta con un cuadro que luego se confirmaría como peritonitis con perforación de colon. Su familia denuncia negligencia médica y exige justicia.
Todo comenzó a las once de la noche del miércoles 16 de abril, cuando el hombre fue ingresado al hospital local con dolor abdominal intenso, vómitos de color verde y constipación. Tras ser atendido y permanecer en observación con suero, se le realizaron análisis de sangre. A las siete de la mañana del jueves, los médicos le informaron que sus glóbulos estaban alterados, pero, insólitamente, lo enviaron a su casa con el alta médica y la indicación de “volver el lunes”.
La familia no sale de su asombro. Apenas unas horas después, el paciente comenzó a empeorar: presentó dificultad para respirar, volvió a vomitar y esta vez con sangre. Murió poco después, en brazos de sus hijos y su madre. La autopsia confirmó lo que los allegados sospechaban: una peritonitis con perforación de colon, cuadro que –según profesionales consultados por los familiares– podría haberse detectado con una atención médica adecuada y estudios complementarios urgentes.
“Nos lo devolvieron para que muera en casa. No tenía enfermedades previas, confiamos en que lo habían revisado como correspondía. Pero no. Lo dejaron ir sabiendo que algo no andaba bien”, relató con impotencia su hermana en redes sociales, donde difundió el caso para que “no vuelva a pasar”.
Un hospital con graves deficiencias
Este hecho se suma a otros episodios recientes de presunta negligencia en el hospital local. Según denuncian desde el entorno familiar y trabajadores del propio nosocomio, en lo que va del mes ya se registraron al menos tres situaciones similares.
Uno de los casos más resonantes de los últimos tiempos, es el de Renzo, un niño de seis años que murió por falta de Guardía Pediátrica, cuyo fallecimiento es investigado por la Justicia. A pesar de ello, no hay respuestas concretas ni acciones inmediatas por parte del gobierno provincial.
La tragedia expone con crudeza el colapso sostenido del Hospital Granaderos a Caballo, una institución que desde hace años arrastra graves deficiencias estructurales, escasez de personal y falta de recursos elementales.
Aunque desde el ámbito legislativo se impulsó un pedido formal al Ministerio de Salud de la Provincia para que intervenga con urgencia, la iniciativa fue archivada sin tratamiento por parte del bloque oficialista que responde al intendente Leonardo Raimundo.
Llama especialmente la atención el silencio del concejal Gustavo Oggero, médico de profesión, quien lejos de involucrarse activamente en la defensa de la salud pública de San Lorenzo, optó por mirar hacia otro lado frente al deterioro alarmante del único hospital de la ciudad.
El documento elevado en el Concejo detalla la falta de médicos pediatras de guardia, la inexistencia de espacios adecuados para pacientes con salud mental y adicciones, graves problemas de infraestructura y limpieza, escasez de personal en la guardia y hasta riesgo en la seguridad del edificio. Además, los mismos trabajadores del Hospital ya habían advertido sobre estas deficiencias, y días atrás realizaron un abrazo simbólico como medida de visibilización.
“¿Cuántos casos más tienen que pasar para que hagan algo?”, se pregunta con dolor la familia de la víctima. El reclamo también apunta a la ausencia de un Centro de Diagnóstico Médico Público en la ciudad, una deuda histórica que obliga a los vecinos a depender exclusivamente de la deficiencia del hospital o a pagar costosos estudios en el sector privado, cuya oferta es también limitada y obliga a los sanlorencinos a trasladarse a la ciudad de Rosario.
El dolor, la bronca y la sensación de abandono son compartidos por muchos vecinos que ya no sienten que el hospital de la ciudad pueda garantizarles una atención de calidad. “Mi hermano ya no vuelve, pero al menos quiero evitar que otra familia pase por esto”, concluye el testimonio que hoy pone nombre y rostro a una crisis sanitaria que no da más.